Leccion Progress:

Capítulo 6 - Convertir el sueño en realidad

5. Flujo de caja y contabilidad

El flujo de caja o cashflow es la cantidad neta de dinero que entra y sale de tu negocio durante determinado periodo de tiempo. Su gestión es importantísima para tu empresa: sin un flujo positivo, no existiría. Para recalcar aún más su importancia, ten en cuenta que la gran mayoría de negocios fracasan por problemas de flujo de caja. Tal vez tus ventas sean rentables, pero si no controlas bien tu cashflow puede que tengas que acabar cerrando la persiana. Llevar bien la contabilidad es esencial para gestionar el flujo de caja de la manera correcta y ayudarte a tomar buenas decisiones empresariales, cumplir con la legalidad y reunir los requisitos declarativos de los inversores.

En este apartado abordaremos estos temas: llevar un plan/previsión financieros asegurar la entrada de ingresos y controlar los gastos, así como buenas prácticas contables.

Llevar un plan financiero
Una parte de tu plan de negocio consistirá en crear un plan financiero que incorpore una cuenta de pérdidas y ganancias y una cuenta de caja. Se trata de documentos vivos, que deberás actualizar mensualmente en base al rendimiento en cada momento. Deberás tener en cuenta las cifras reales frente al presupuesto (ventas que has cerrado, gastos que has tenido, dinero que has recibido y pagado) y actualizar las expectativas a futuro en base a tus previsiones de ventas y gastos. Sin una comprensión actualizada de tu estado financiero, te estarás privando de una importantísima herramienta para la correcta gestión de tu negocio.

Gestión de ingresos y gastos
Céntrate en cobrar. Muchas empresas trabajan muy duro en sus ventas, sin embargo no persiguen el dinero que se les debe. Y la triste realidad es que a muchas de ellas se les da deliberadamente mal pagar a sus proveedores. Asegúrate de hacerles entender que tú eres un proveedor que espera puntualidad en los pagos a base de presionarles cada vez que ignoran algún vencimiento. A la hora de acordar las condiciones empresariales con tus clientes, intenta negociar unos términos de pago favorables con los que puedas cobrar poco tiempo después de cerrar la venta. Prepárate bien para que después a los demás les resulte fácil pagarte. Vas a necesitar una cuenta bancaria profesional. Los clientes más grandes con pedidos recurrentes tal vez te exijan que establezcas un sistema de intercambio electrónico de datos (EDI por sus siglas en inglés) con ellos para poder automatizar el proceso. Si tu objetivo es llegar a clientes finales, crea una cuenta en Paypal, configura algún sistema de pago móvil o alguna plataforma sencilla de pago por Internet para tu tienda online. Al fin y al cabo no quieres conseguir una venta para que, al final, el cliente se eche atrás porque pagar es demasiado complicado. No gastes dinero en algo salvo que tengas muy buenos motivos para hacerlo y sepas que va a beneficiar directamente a tu negocio. Toma en consideración el beneficio bruto de tu producto y después calcula cuántas unidades necesitas vender para cubrir los gastos. La gente tardará menos en coger tu dinero que en darte el suyo… Seguramente tus principales gastos serán costes directos (costes de la provisión de bienes y servicios), de personal, de capital, de I+D, marketing, servicios externos y alquileres. Todo gasto conlleva un coste de oportunidad, ya que al invertir el dinero en eso, no lo puedes gastar en otra cosa. Así que gasta tu dinero con cabeza.

Contabilidad
La gestión del flujo de caja está directamente relacionada con una buena contabilidad. Los libros de Excel están bien durante determinado periodo de tiempo, pero en algún momento tendrás que dar el salto a software profesional y contratar los servicios de un contable. Un buen manejo de tus finanzas y tener buenos procesos financieros implantados te ayudará a la hora de tomar decisiones, así que asegúrate de tener tus finanzas bajo control y de cumplir con todos los requisitos declarativos y fiscales. Estas son las cosas que vas a tener que hacer:

  • Seguimiento de todas las ventas (facturas emitidas) y gastos (órdenes de pedido)
  • Seguimiento de todo el dinero que entra y sale de tus cuentas
  • Recibir todos los pagos que se te deben y abonar todas las facturas que debes tú
  • Pago de impuestos, incluido el IVA, tasas corporativas y cualesquiera otros impuestos aplicables
  • Nóminas
  • Declaraciones trimestrales y anuales (estatutarias, para inversores, partes interesadas, etc.)