Leccion Progress:

Capítulo 8 - Crear tu propia comunidad

3. Cultura empresarial

Y has trabajado en diferentes compañías, conocerás diferentes culturas empresariales. Algunas serán muy relajadas y otras muy estrictas y jerárquicas. Entrepreneur.com define la cultura empresarial como “una amalgama de valores, creencias, tabús, símbolos, rituales y mitos que todas las empresas desarrollan con el paso del tiempo”. Es fácil infravalorar la importancia de una cultura empresarial clara cuando tienes un millón de cosas en la cabeza, pero la cultura que crees (intencionadamente o no) al principio de tu aventura afectará inevitablemente a la cultura de tu empresa en el futuro. Así que quizás sea mejor dedicarle un poco de tiempo ahora. Lo que es más, el tipo de cultura que generes tendrá un impacto enorme sobre la dinámica y el rendimiento de tu equipo. La cultura siempre nace de los fundadores, especialmente en el caso de las empresas emergentes, así que puedes verte como un arquitecto cultural.

¿Qué tipo de cultura quieres crear? ¿Cómo quieres que sea tu jornada estándar y cómo quieres que trabajen juntos los miembros de tu equipo? Sea cual sea el estilo de liderazgo que adoptes, asegúrate de definirlo y compartirlo con ellos. Las culturas empresariales intransigentes sin equilibrio entre la vida personal y la profesional acaban traduciéndose en equipos estresados y con predisposición a acabar fundiéndose. Sin embargo, las culturas colaborativas en las que la vida personal es tan importante como el trabajo duro alimentan unos equipos extremadamente motivados y comprometidos.

¿Cómo crear una cultura empresarial de manera intencionada?
Lo mejor de tener una empresa guiada por una misión es que tienes aspiraciones más allá de ganar dinero, y dichas aspiraciones alimentan tu cultura. En la sección sobre el desarrollo de marca ya hablábamos sobre la importancia de identificar los valores de tu empresa. Para crear una cultura empresarial concreta, necesitas buscar la manera de plasmar estos valores en el tiempo y en el espacio. Está muy bien decir que uno de tus valores es la “transparencia”, pero ¿qué significa eso en la rutina diaria? ¿Cómo trasladas esta transparencia a tus empleados, inversores, clientes? Si uno de tus valores es conciliar vida privada y profesional, ¿qué significa eso en el día a día? ¿Dejas que tus empleados gestionen su propio tiempo siempre que cumplan con los resultados? Repasar tus valores e identificar su significado para la empresa te ayudará a adoptar una cultura empresarial intencionada. Y cuando lo hayas logrado, puedes optar por hacer “auditorías” cada cierto tiempo (una vez al año o cada 6 meses) con tu equipo. Puede tratarse de debates o encuestas anónimas, por ejemplo. Además, recuerda que la cultura evoluciona, así que tendrás que revisar tanto la cultura como los valores de tu empresa a medida que vaya creciendo.

Opinión de emprendedores sobre qué es más importante: la estrategia o la cultura

“Es el dilema de qué fue antes, el huevo o la gallina. Si no tienes una estrategia decente, no tienes nada sobre lo que fundamentar tu cultura. Pero, al mismo tiempo, si no tienes una cultura, no puedes ejecutar tu estrategia. Tienes que esmerarte en ambas. Tienes que integrar una cultura en tu modelo de negocio, es decir, un lugar en el que quieras trabajar, en el que tu gente quiera trabajar y en el que puedas verte reflejado todos los días. Pero si no tienes una visión estratégica y una estrategia sólida, nunca gozarás del privilegio de poder hablar de cultura”.

– Steve Dring, cofundador de Growing Underground

Gestión general del equipo
Tú eliges la manera en que gestionas a tu equipo, pero seguro que estos consejos breves no te vienen mal:

  • Define el enfoque: tienes muchas oportunidades entre las que elegir, pero pocos recursos para hacerlo. Asegúrate de que tu equipo permanece centrado adoptando objetivos. Estos deberán ser SMART (Specific, Measurable, Action-Based, Relevant, Time-Based, es decir, específicos, mensurables, basados en la acción, relevantes y basados en el tiempo); además, también deberás fijar intervalos regulares para comprobar si el equipo los está cumpliendo correctamente. Dicho esto, sé consciente de que cumplir objetivos puede ser difícil en un escenario tan cambiante. Si ves que te has desviado de tu camino o que estás a la caza de demasiadas oportunidades, detente, reconsidera y reenfoca.
  • Decide cómo vais a comunicaros unos con otros: la comunicación puede ser complicada cuando el equipo está en constante crecimiento. Los canales informales, como WhatsApp, el correo electrónico o el papel pueden tornarse caóticos muy rápido si no tienes implantado un buen sistema. Dedícale a la gestión de proyectos el tiempo que se merece e invierte en software. En el capítulo 6 ya mencionamos algunas herramientas de gestión organizativa que pueden interesarte.
  • Admite cuándo ha llegado el momento de delegar: como fundador te puede resultar tentador querer controlar todos los aspectos de tu negocio, pero no es una estrategia nada sostenible. Colabora con tu equipo para capacitarlo y que pueda ir adquiriendo cada vez más responsabilidades. Si no vas a contratar a expertos, trabaja codo a codo con los miembros de tu equipo para que vayan adquiriendo maestría. Invierte en el desarrollo personal, porque ayudará a tu negocio a prosperar y motivará a los empleados para quedarse. Una buena opción es hablar sobre las ambiciones personales de los trabajadores y buscar alguna manera de satisfacerlas dentro de las posibilidades de la empresa.